¿Quién podría imaginar allá por el mes de agosto que el Aleti seguiría vivo en la vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones? ¿Alguien se atrevería a pronosticar que el Aleti de Simeone llegaría al 72 por ciento de la posesión de la pelota en la ida de la semifinal de la Liga de Campeones? En cualquiera de los casos la respuesta es que no hay nadie que se acerque a la respuesta acertada en ninguna de las dos cuestiones. Como ha dicho Rubén Martín en la transmisión del Tiempo de Juego de la Cadena Cope, el Chelsea se ha pasado «acuartelado» los cien minutos que ha durado el partido en el Vicente Calderón. Los que igualan el fútbol del Chelsea con el del Aleti se equivocan de principio a fin. El principio es que el once inicial del Aleti cuesta 45 millones de euros y el del Chelsea 230. Es decir que el precio del autobús, o de la barricada o del muro de cemento que ha montado Mou en el Estadio Vicente Calderón está fuera del precio de mercado. Aclarado el principio vayamos con el fin y en el caso del Chelsea el fin justifica los medios y en el caso del Aleti la respuesta es gracias a lo del partido a partido. La primera media hora contra el Barcelona en los cuartos de final dejó fuera de duda que el concepto futbolístico de Simeone incluye la posesión de la pelota bastante más que el rico equipo inglés que opta por esconder el balón en el agujero más cercano. Es cierto que el Aleti defiende mucho pero lo hace para acortar la distancia con el rival superior o mantener el tipo en una competición larga como la Liga. Cada uno tiene sus gustos pero la intensidad y el dinamismo del Atlético de Madrid nada tienen que ver con el régimen cuartelero del pequeño dictador al que algunos siguen como si fueran miembros de una secta. Lo del Aleti es un milagro y lo del Chelsea provoca vergüenza ante semejante despilfarro de dinero y talento. El Aleti ha llegado a un punto de la temporada donde conviene tener la calma suficiente y precisa como para no abandonarse en los últimos momentos. El partido de vuelta será igual de compilado porque el Chelsea no querrá el balón salvo cuando vea un error del contrario. El Alet ha evitado las equivocaciones. Se está acabando el mes de abril y resulta que el corazón iguala al presupuesto también en la Champions.
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Viendo el planteamiento de Mourinho tengo clara una cosa. En Europa nos tienen tanto miedo/respeto (o más) que en España. El Atleti, con todo lo que ello implica (equipo, cuerpo técnico y afición), ha vuelto. Y Dios quiera que para quedarse.
El Chelsea de Mourinho me recordó por momentos al Racing de Santander del bueno de Maguregui. Que tiempos….